Si levantas la mirada y ves borroso todo lo que te rodea a cierta distancia, el diagnóstico es claro: tu ojo tiene un defecto de refracción llamado miopía.
En el mundo hay dos tipos de personas: las que no saludan por la calle porque no quieren, y las que no lo hacen porque no ven bien. Parece una broma, pero este es uno de los problemas más comunes de los miopes. O, al menos, una de sus excusas más manidas. La miopía es un defecto del ojo que dificulta la visión de los objetos lejanos y los convierte en entes borrosos e irreconocibles. Las gafas y las lentillas suelen ser los principales remedios para esta alteración. Aunque, en muchas ocasiones, suelen caer en el olvido del cajón de la mesita o el escritorio de la oficina.
Si te suena el nombre, pero desconoces la raíz de este problema de visión, ahora tienes la oportunidad de saber qué sienten todos los que lo padecen. Una única apreciación antes de comenzar. A no ser que el número de dioptrías sea muy elevado o que suponga un riesgo de padecer otras dolencias (como el glaucoma) , la miopía no es considerada como una enfermedad en sí misma. Es solo una imperfección.
¿Qué es la miopía?
La miopía consiste, básicamente, en ver mal de lejos. Una persona con este defecto, al levantar la vista y mirar lo que le rodea, solo ve objetos borrosos sin identificar. ¿Por qué? Porque su ojo los enfoca por delante de la retina y no directamente sobre ella. Es lo que se conoce como un defecto de refracción, pero, para entender qué implica, es necesario conocer cómo funciona nuestra visión.
A través del cristalino, situado inmediatamente después del iris, captamos rayos de luz que son llevados hasta la retina a través del humor vítreo. Es ella, la retina, la que pone en marcha todos los mecanismos para hacer que esos rayos de luz se conviertan en imágenes comprensibles para nuestro cerebro. La miopía hace que este recorrido se quede a medio camino: los rayos de luz quedan entre el cristalino y la retina y, por tanto, los rayos de luz se quedan a medio interpretar.
Causas y soluciones para la miopía
Este defecto de refracción en el ojo se inicia desde la infancia y puede ir aumentando hasta pasada la adolescencia. Pero llega un momento en el que el número de dioptrías (grado de defecto visual) se queda estancado. Existes dos causas básicas para el desarrollo de esta alteración:
- Mayor longitud del ojo
- Elevada curvatura de la córnea
Según la edad, el grado de defecto o el propio interés del miope se puede recurrir a diferentes soluciones para corregir este defecto visual. Los más comunes, sobre todo en personas con miopía simple (pocas dioptrías) suelen ser las gafas y las lentes de contacto. Pero cada vez gana más adeptos la cirugía ocular refractiva mediante láser. Esta intervención está recomendada a partir de los 18 años por muchos motivos. Pero, sobre todo, porque hasta ese momento el grado de defecto visual puede variar mucho de una revisión a la siguiente. Después de realizar un estudio oftalmológico, el especialista ayuda al paciente a elegir la solución más idónea para su problema. Sea cuál sea la elegida, el objetivo final es siempre el mismo: eliminar la necesidad de utilizar una medida correctiva de las dioptrías.
¿Eres miope? Cuéntanos alguna anécdota o situación embarazosa que hayas vivido por no ver bien de lejos.