La felicidad puede ser una meta o un estado de ánimo. Pero la insatisfacción permanente asedia a las sociedades modernas y las aleja de este objetivo universal. ¿Tú sabes ser feliz?
Dinero, amor, salud, familia, trabajo… En pleno siglo XXI, seguimos sin ser capaces de encontrar la clave de la felicidad. Nos pasamos la vida buscando el camino hacia ella, sin darnos cuenta de que no es una meta sino un camino en sí misma. Al señalar la felicidad como un objetivo de vida, muchos se pierden durante el trayecto y parecen no encontrar el final. Como consecuencia, la insatisfacción y el desánimo dominan el estado de los ciudadanos a nivel planetario. Al menos, los del primer mundo, puesto que cuanto más tienen, más desean tener. Y aumenta el riesgo de enfermedades como la depresión, que ya afecta a más de 350 millones de personas en el mundo.
[bctt tweet=»La felicidad como meta y no como el camino a seguir, conduce al desánimo #serfeliz #lasclavesdelafelicidad» username=»mielcanela_blog»]
Primer paso: definir qué es la felicidad
Según el diccionario de la Real Academia Española, la felicidad es:
- Estado de grata satisfacción espiritual y física
- Persona, situación, objeto o conjunto de ellos que contribuyen a hacer feliz
- Ausencia de inconvenientes o tropiezos
Por definición, no parece una meta difícil de conseguir. De hecho, Dinamarca ha sido capaz de ponerla en práctica con unos sencillos cambios. El país nórdico ocupa las primeras posiciones del Ranking Mundial de la Felicidad desde 2012 y ya se ha convertido en todo un ejemplo a seguir para sus vecinos europeos.
¿Cómo lo ha conseguido? Las políticas sociales del gobierno danés han colaborado notablemente con la satisfacción de los ciudadanos. Pero, si hay un detalle que ha terminado por mejorar el estado de ánimo de los daneses ha sido el movimiento Hygge: la felicidad de las pequeñas cosas. Según esta concepción, para ser feliz solo se necesita disfrutar de la belleza y la sencillez del día a día en compañía de las personas a las que queremos.
¿Cómo encontrar la felicidad? Las claves
- Disfrutar de las pequeñas cosas. Si los daneses son tan felices con el Hygge, vamos a seguir su ejemplo y sacar el máximo provecho a los detalles del día a día que nos hacen sentir mejor. Dar un paseo en plena naturaleza, pasar un rato en familia, volver a ver a los amigos después de muchos días…
- Cultivar la autoestima. Es importante aumentar la confianza y la valoración que tenemos de nosotros mismos.
- Hacer ejercicio. Para algunas personas, los esfuerzos físicos son un auténtico sufrimiento. Pero lo cierto es que, practicado con regularidad, nos ayuda a estar bien por fuera y por dentro. El deporte previene todo tipo de enfermedades, alivia el estrés y evita problemas psicológicos de importancia.
- Socializar. Las ciudades se hacen cada vez más grandes, pero nuestros círculos de amistades se vuelven más pequeños. En esta situación, lo más recomendado es cuidar las relaciones personales para que no se deterioren ni con el tiempo ni con la distancia. Aunque sea difícil cuadrar horarios, los amigos son uno de los pilares básicos de la felicidad.
- Conoce tus debilidades y empléate en mejorarlas. Debemos desarrollar nuestro talento natural y permanecer en estado de constante aprendizaje para saber adaptarnos a los cambios.
- Prepararse para lo peor, mientras esperamos lo mejor. Pensar en positivo siempre es beneficioso. Pero, no por ello, se debe bajar la guardia. Debemos permanecer en un estado de alerta ante todo lo que pueda venir, mientras esperamos que lo siguiente sea aún mejor.
- Ser realista. Cuando las expectativas se pasan de optimistas pueden derivar en insatisfacción. Mantener los pies en la tierra con tus deseos y sueños y podrás ser feliz cuando veas que son posibles y realizables.
¿Dónde encuentras tú la felicidad?