Cuidar las articulaciones es esencial para una buena salud. Con el paso del tiempo, es habitual que empiecen a deteriorarse pero unas buenas pautas pueden ayudar a prevenir problemas futuros.
Qué son las articulaciones
En primer lugar, vamos a hablar de qué son exactamente las articulaciones. Se denomina articulación a la unión entre dos o más huesos, un hueso y un cartílago o también en el caso de un hueso y los dientes. Su función principal consiste en facilitar los movimientos mecánicos y dar una mayor elasticidad al cuerpo en general.
Tipos de articulaciones
Existen varios tipos de clasificaciones pero nos ceñiremos a la estructural en función del tejido que las constituye. En este sentido, se diferencian tres tipos:
- Sinoviales, diartrosis o móviles. Son las que permiten un mayor tipo de movimientos como es el caso del codo, el cuello, la rodilla o las articulaciones de los dedos.
- Fibrosas, sinartrosis o inmóviles. Unen los huesos mediante tejido fibroso, como ocurre en la espalda, el sacro o la pelvis.
- Cartilaginosas, anfiartrosis o semimóviles. Como indica su nombre, están entre el cartílago y el hueso.
Problemas de articulaciones
Las lesiones originadas por el ejercicio físico y la propia edad son causas habituales de problemas en las articulaciones, pero ambas pueden ser paliadas con unas correctas pautas. A continuación enumeramos algunas de las enfermedades más habituales en esta parte del cuerpo:
- La artritis: es la inflamación de las articulaciones y causa no sólo dolor sino también rigidez.
- Las dislocaciones: ocurren cuando el hueso se sale de su lugar, también derivando en dolor.
- La bursitis: consiste en la inflamación de la bursa, una especie de bolsa situada entre los huesos, los músculos y los tendones que ayuda al movimiento.
En el caso de la edad, es normal que las articulaciones se vuelvan más rígidas. Es habitual que se pierda el líquido que contienen y también que se produzcan calcificaciones por el depósito de minerales alrededor de algunas de ellas, como en el hombro. La cadera y la rodilla son dos de los puntos flacos del cuerpo con el paso de los años debido a la pérdida de cartílago.
La prevención, el mejor tratamiento
Como siempre, prevenir a un envejecimiento prematuro del cuerpo es el mejor remedio contra el dolor. En el caso de las articulaciones, existen ejercicios muy útiles para una buena salud de las mismas.
Ejercicios para fortalecer rodillas y otras articulaciones:
Las sentadillas son muy útiles para las rodillas y consisten básicamente en imitar el movimiento de sentarse con las piernas abiertas a la altura de los hombros y flexionando las rodillas para bajar el cuerpo lentamente. Nadar es también un gran aliado a la hora de cuidar las articulaciones en general y ganar masa muscular y por ello forma parte comúnmente de los ejercicios de rehabilitación de rodilla. El paso adelante también es un ejercicio útil consistente en dar un paso con una pierna manteniendo la otra atrás y flexionándola formado un ángulo de 90 grados.
Colágeno para las articulaciones:
Cuando las articulaciones se inflaman, muchas veces lo que ocurre en nuestro organismo es que el líquido sinovial ha cambiado. El ácido hialurónico ayuda a lubricar esta parte del cuerpo y es por ello que, en aquellos casos en los que ya se produzca dolor, puede ser conveniente consumirlo para ayudar a las articulaciones a moverse mejor.
Si se presentan síntomas de una lesión de rodilla o cualquier otra articulación, lo mejor es acudir cuanto antes al médico para que un especialista trate el problema de forma correcta.
El dolor, la rigidez, las deformaciones o las inflamaciones ligadas a la edad se pueden combatir con un buen tratamiento enfocado a la salud articular.
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