Cómo conservar el pan durante varios días

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El pan es un producto perecedero, ya que en poco tiempo desde su compra comienza a endurecerse al ir perdiendo humedad. Como nuestra filosofía nos impide el desperdicio de alimentos, os queremos contar algunos trucos para que sepáis cómo conservar el pan en perfecto estado durante varios días.

Son pequeños consejos que afectan sobre todo al modo de almacenamiento del pan ya que este factor es muy importante para conseguir que el pan se mantenga hidratado durante más tiempo. En especial, el verano afecta mucho al pan ya que éste se reseca enseguida y queda casi sin miga, como si fuera un biscote.

Trucos, consejos y recomendaciones de conservación

Como os decía, la primera causa por la que el pan se va estropeando, es su pérdida de humedad. Por ese motivo según va pasando el tiempo, el pan se queda duro como una piedra, o se vuelve correoso como si se tratara de un chicle. Todo esto se puede evitar, o por lo menos retrasar de forma que nos hayamos comido el pan antes de que se haya convertido en un producto que sólo nos sirva para hacer torrijas caseras o para convertirlo en pan rallado.

1. Tipos de pan

Todos sabemos que no dura lo mismo un pan que compramos en el pueblo y se mantiene en perfecto estado durante tres o cuatro días, que un pan procedente de masa congelada que se hornea en una gasolinera y nos lo llevamos caliente, que probablemente sólo estará bueno durante una o dos horas.

pan rústico
No todos los tipos de pan son iguales, un pan artesano y de calidad dura por norma general más tiempo

Por eso, el primer consejo que damos para tener un pan que nos dure varios días, es hacer pan casero (no tiene por qué llevar demasiado tiempo) o si no, comprar panes en panaderías o tahonas que hagan el pan. La diferencia de calidad, sabor y textura merecen la pena. En cuanto a la diferencia de precio, el precio más elevado de un pan artesano se suele compensar con su duración ya que el otro, muchas veces acaba directamente en la basura al no conservarse bien.

2. Guarda el pan entero sin partirlo en porciones

La corteza del pan protege la miga del interior, de forma que ésta pueda conservar su humedad, manteniéndose fresca. Pero, cuando cortamos el pan para llevarlo a la mesa, aumenta la superficie de miga expuesta al ambiente y se produce una deshidratación más rápida.

Por eso, os recomendamos cortar solo las rebanadas que se vayan a comer y dejar el resto del pan de una pieza, tapando incluso el extremo abierto con plástico de cocina o papel aluminio.

3. Conserva el pan en una panera, una bolsa de tela o una bolsa de papel

En cualquiera de esos tres envoltorios, el pan puede “respirar” y evitamos que se reseque enseguida. Si lo dejamos en una bolsa de plástico se convertirá en una masa semielástica y correosa que nos costará cortar con las manos y si lo dejamos a la intemperie, se resecará en unas horas, quedando inservible para comer como pan fresco.

Una buena forma de conservar el pan es cubrirlo con un paño de cocina y si hace mucho calor, se puede rociar ligeramente el trapo con un spray de agua para que el pan pueda tomar algo de agua del trapo sin perder la suya.

4. El pan y la nevera

Meter el pan en la nevera no es aconsejable ya que la baja temperatura y la humedad del interior no favorece la conservación del pan. Hay una excepción que es el pan de molde que sí se puede conservar mejor dentro de la nevera. Si así lo hacéis, meted el paquete de pan de molde dentro de otra bolsa para aislarlo más de la humedad y el frío. Así aguanta perfecto, incluso más allá de su fecha oficial de caducidad indicada en el envase.

5. El pan y el calor

Cuando hagas pan o cuando lo compres recién hecho, es probable que el pan esté caliente. Es importante que no guardes en la bolsa el pan caliente porque también le afectará. Es mucho mejor dejarlo a la intemperie hasta que se haya enfriado y después meterlo en la bolsa de papel o de tela. Por otro lado, no dejes nunca el pan al sol. Es preferible para que te dure más tiempo dejar el pan en su bolsa de papel o de tela en un lugar seco y oscuro, dentro de un armario de cocina o en la despensa.

6. El truco de la fruta o la patata

Puedes meter un trozo de patata o de manzana en la bolsa del pan para que la humedad de esa pieza ayude al pan a mantener más tiempo la suya propia. Así combatimos la deshidratación del pan durante más tiempo, haciendo que esté fresco durante unas horas más que sin meter el trozo de fruta.

7. En caso de duda… congela

El pan congelado y descongelado a temperatura ambiente está bastante bueno, en especial si el pan se congeló pronto y si era un pan de calidad. Cuando tenemos más pan del que vamos a usar, es tontería querer mantenerlo fresco porque en uno o dos días estará cuanto menos parcialmente deshidratado. En ese caso lo mejor es congelarlo. Para ello, lo podemos cortar en porciones manejables, envolverlas en papel de cocina y después guardarlo en bolsas zip. Si congelamos esas bolsas podremos sacar del congelador el pan que vayamos a necesitar y en poco tiempo estará casi como recién hecho.

Además, justo antes de comerlo, podemos regenerar el pan para que parezca recién hecho humedeciendo ligeramente su corteza y dándole un golpe de horno a 70º.

Con todos esos trucos para conservar el pan y nuestras recetas de aprovechamiento del pan, esperamos conseguir que nunca tengáis que tirar el pan por haberse endurecido y en todo caso, podáis darle una segunda vida en otras preparaciones.

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